
La naturaleza siempre está repleta de maravillas y procesos sorprendentes que suelen pasar desapercibidos, una de estas maravillas es la capacidad de un pequeño animal de plantar millones de árboles todos los años, teniendo uno de los papeles más importantes en la conservación de bosques.
Las ardillas, estos pequeños roedores que hemos visto muchas veces en parques y escuelas tienen un impacto mucho mayor del que pensamos del que cualquiera podría pensar.
Durante el otoño, estos roedores recolectan y almacenar nueces y semillas para el invierno, este comportamiento conocido como “cacheo” implica enterrar estos alimentos en diversos lugares para asegurarse de tener las provisiones necesarias para sobrevivir al invierno.
Sin embargo, las ardillas no logran recuperar todas las semillas, muchas siendo olvidadas, haciendo que con el tiempo estas germinen y se conviertan en nuevos árboles.
